En un punto del norte de Girona, entre Vilajuïga, Garriguella y Llançà, se situa el “Castell de Quermançó”, a lo alto de una pequeña colina entre montes. El típico Castillo en una situación privilegiada desde donde se controla Buena parte del “Alt Empordà”.

No muy alta, pero abrupta, la colina sostiene el Castillo del s.XIII en un conducto natural de vientos, sobretodo la omnipresente Tramuntana, característica de esas tierras.

La mente genial de Dalí debió inspirarse en aquél viento y ideó un instrumento al que se ha llamado el “organo de tramuntana”. Se trataba de instalar entre las ruinas de ese Castillo encaramado, un juego de tubos que resonaran a merced de los vientos.

Al parecer desde 2003 se empezó a considerar la posibilidad de dar vida a ese proyecto, de manos de luthiers Blancafort Orgueners de Montserrat, con la colaboración del Departament d’Acústica de l’Escola d’Arquitectura y Enginyeria de la Universitat Ramon Llull.

A la espera del anunciado despilfarro, otros proyectos han aflorado, como el o esperamos a que se refinancien los fondos… En 2003, Mike Tonkin y Anna Liuva construyeron este “árbol” de tubos a modo de órgano del viento.

También se encuentran otros artilugios sonoros que viven a merced de los vientos, como esta ‘arpa de viento’ en San Francisco.

Dalí, saludos.