La música minimalista es un género originario de Estados Unidos que se cataloga como experimental que empezó a ser creada en los años sesenta basada en la armonía consonante, en pulsos constantes, en lo estático o en las lentas transformaciones, a menudo en la reiteración de las frases musicales en pequeñas unidades como figuras, motivos y células.
Este movimiento empezó a comienzos de los 1960s como un movimiento underground en los espacios alternativos de San Francisco y pronto se empezó a oír en los lofts de New York, el minimalismo se expandió hasta ser el estilo más popular de la música experimental del siglo XX. En sus inicios llegó a involucrar a docenas de compositores, a pesar de que sólo cuatro de ellos lograron relevancia – Terry Riley, Steve Reich, Philip Glass, y ―con menos visiblidad aunque original― La Monte Young. En Europa sus mayores exponentes son Louis Andriessen, Karel Goeyvaerts, Yann Tiersen, Michael Nyman, Stefano Ianne, Gavin Bryars, Steve Martland, Henryk Górecki, Arvo Pärt, Wim Mertens, John Tavener y Ludovico Einaudi.
Hay quien ve en esta escuela musical las raíces de la música electrónica actual.