En la película de Agnieska Holland ‘Copiando a Beethoven’ aparece la obra Grosse Fugue como gran obra incomprendida del final de la vida de Beethoven.
Al escucharla se puede observar a primera vista que se trata de una composición complicada, espesa, disonante y con cambios violentos y repentinos, de gran complejidad técnica compositiva e interpretativa. No es de estrañar que fuera rechazada por el público vienés del momento.
Beethoven, aceptando esto, simplemente alegaba que era una obra para el futuro, y llegó a quitarla del cuarteto del que formaba parte originalmente (Cuarteto n.12).
Tanto esta fuga como los cuartetos de Beethoven del final de su vida son a veces considerados el verdadero legado de Beethoven por su profundidad y grandeza.
Se puede consultar el manuscrito en la biblioteca online de la Julliard School of Music de New York, que por cierto, tiene un interesante repertorio de partituras originales.
http://www.juilliardmanuscriptcollection.org/composers.php#/hires/BEET/BEET_GF4A/4
Podemos maravillar-nos de la complejidad de esta composición en este video, de grafismo revelador. Entre otras frases para recordar, Beethoven explica en la película que curiosamente, le es más fácil escuchar la voz interna desde que su sordera le proteje de los ruidos externos. Esa voz que para él era Dios hablando a gritos….
Escuchar esta pieza requiere un entrenamiento. Un trabajo de descubrimiento mediante la escucha repetida. Y es entonces cuando se revela su contenido.
